Misil explotando en el cielo
Cuyo resplandor ilumina la trinchera
Cual sol permite ver la cara de los gurkas enemigos
El pelotón de ingleses cubre la cabeza de su comandante,
Piezas de plomo y platino vuelan por el aire
Precipitándose sobre la inmensidad de Canberra.
Desdichado prisionero desea paliar la guerra
Deseoso altamar lejos de esta tortura en mes de Junio,
Recuerda Southampton, su querida y anhelada tierra,
Donde el zoo relumbra a los monos de su actual presidio
Canciller desalmado, insustancial y triunfador de penas,
Sólo acepta la liberación y baja el retaco.
Rememora el puerto impoluto y devuelve ilusiones al Buenos Aires de lágrimas
Como aquella noche de tibio y cálido Octubre,
Acepta el trabajo de la humilde pizzería en las afueras de Retiro.
Comprende la miseria y el desdichado sueldo
Porque sólo con la simple existencia de cariño y afecto
Se puede derribar la más sofisticada y producente jaula en la riqueza de Londres.
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